Había visto varios cuadros que adoraba de René Magritte, como La perfidia de las imágenes o El Hijo del Hombre, pero nunca me había encontrado con una obra que me impactase tanto como lo ha hecho Los amantes. Un cuadro que, a primera vista, mezcla la fragilidad y la sensualidad con un punto amargo, rozando la grosería.
Primero, saber la historia de esta obra es crucial para entender el verdadero significado del cuadro, así que debo añadir que estas dos identidades están ocultas tras dos velos húmedos. ¿La razón? René Magritte lo pintó dieciséis años después de que su madre se suicidase tirándose al río Sambre. Magritte tuvo grabado el momento en el que sacaron el cadáver de su madre del río, con la camisa húmeda cubriéndole el rostro. De ahí los trapos húmedos entre los rostros de los amantes de su obra. Pero entonces, ¿por qué están besándose? Porque un beso de amor es el sabor de la persona besada, el olor y, cómo no, el contacto de las lenguas o simplemente de los labios. El trapo húmedo destruye cualquier idea de beso al prohibir a los protagonistas de sensaciones.
Aunque esta es una obra surrealista, me transmitió tanto que terminé encontrándole sentido, junto con varios significados que se aplican perfectamente a la vida real (o por lo menos a la de mi entorno actual). Por ejemplo, dos personas que ignoran quién es el otro (ni les importa, por lo que estaríamos hablando de sentimientos indiferentes) porque su búsqueda se centra únicamente en el placer. Nosotros a veces, nos distraemos con detalles puramente físicos y olvidamos qué es lo que estamos buscando realmente. Confundimos la necesidad sexual con el amor. El libertinaje sexual que ahora está tan de moda y las miles de copias que se han ido inventando a raíz del concepto ‘amor’ ha hecho que las personas utilicen esta palabra como cualquier otra. Y además, su concepto se ha tergiversado, porque como dije anteriormente, se busca y se relaciona más con el placer. Decir o hacer una serie de cosas predeterminadas y típicas de pareja no convierte a dos personas en una pareja enamorada. En el cuadro de Los Amantes esta pareja aparece besándose, pero no hay que olvidar que no es oro todo lo que reluce. No todos los amantes se aman ni todos los besos simbolizan amor. Ahora son tiempos difíciles para esa palabra tan desgastada y sobreutilizada, y por eso quiero escribir el cambio, desde un punto quizás más negativo, de las parejas actuales.
Anteriormente mencioné que eran tiempos difíciles, porque parece que a la mayoría de la personas se les agota la ilusión cada vez con mayor rapidez: ya no se hacen sorpresas ni regalos porque sí; las parejas ya no salen a celebrar todos ese tiempo que llevan juntos, no se preparan cenas especiales ni se hacen álbumes de fotos. Las personas de hoy en día saben querer pero no saben amar. Las relaciones ya no son estables, y si lo son parece que tienen fecha de caducidad. No hace falta estar enamorado para hacer el amor, nos conformamos con la atracción o la amistad que depositemos en dicha persona y nos agarramos a la famosa frase ‘somos amigos con derecho a roce’. Hay gente que piensa que es ‘cursi’ escribir una carta, ya que lo que se lleva ahora es sustituir esos detalles por una bonita frase en el estado del Facebook o del Twitter, una canción con dedicatoria en el tuenti o un pequeño texto emotivo en algún tipo de blog.
Los Amantes también indica el secretismo, la pasión, el erotismo y el morbo que le producen a alguien en el momento en que está siendo infiel, el no debo pero lo deseo. A día de hoy hay una gran falta de ética respecto a la infidelidad cada vez más frecuente, y por lo tanto más natural. Y esto es lo que provoca que en las parejas el amor se viva falto de confianza y tan a la defensiva. Se llega a caer en el egoísmo por celos, y se multiplican los casos obsesivos (siempre están pensando en la otra persona, ¿con quién estará, qué hará?). Eso no es amor, es fanatismo, un sentimiento extremo.
El amor de verdad es el irracional, el de sentimiento, el que nos desvía hacia un mundo contradictorio y confuso. Los Amantes también me han acercado hacia esa filosofía contradictoria, ya que a pesar de que es imposible besarse directamente porque hay un impedimento de por medio (en este caso, el trapo húmedo) se dejan llevar por esa tentación que caracteriza a todos los seres humanos. Dicen que hay muy buenas protecciones contra la tentación, como la cobardía. Y aunque la mayoría pueda estar en contra de esto, sin ninguna duda la mejor manera de librarse de la tentación es (cómo no), caer en ella.
Primero, saber la historia de esta obra es crucial para entender el verdadero significado del cuadro, así que debo añadir que estas dos identidades están ocultas tras dos velos húmedos. ¿La razón? René Magritte lo pintó dieciséis años después de que su madre se suicidase tirándose al río Sambre. Magritte tuvo grabado el momento en el que sacaron el cadáver de su madre del río, con la camisa húmeda cubriéndole el rostro. De ahí los trapos húmedos entre los rostros de los amantes de su obra. Pero entonces, ¿por qué están besándose? Porque un beso de amor es el sabor de la persona besada, el olor y, cómo no, el contacto de las lenguas o simplemente de los labios. El trapo húmedo destruye cualquier idea de beso al prohibir a los protagonistas de sensaciones.
Aunque esta es una obra surrealista, me transmitió tanto que terminé encontrándole sentido, junto con varios significados que se aplican perfectamente a la vida real (o por lo menos a la de mi entorno actual).
Por ejemplo, dos personas que ignoran quién es el otro (ni les importa, por lo que estaríamos hablando de sentimientos indiferentes) porque su búsqueda se centra únicamente en el placer. Nosotros a veces, nos distraemos con detalles puramente físicos y olvidamos qué es lo que estamos buscando realmente. Confundimos la necesidad sexual con el amor. El libertinaje sexual que ahora está tan de moda y las miles de copias que se han ido inventando a raíz del concepto ‘amor’ ha hecho que las personas utilicen esta palabra como cualquier otra. Y además, su concepto se ha tergiversado, porque como dije anteriormente, se busca y se relaciona más con el placer.
Decir o hacer una serie de cosas predeterminadas y típicas de pareja no convierte a dos personas en una pareja enamorada. En el cuadro de Los Amantes esta pareja aparece besándose, pero no hay que olvidar que no es oro todo lo que reluce. No todos los amantes se aman ni todos los besos simbolizan amor. Ahora son tiempos difíciles para esa palabra tan desgastada y sobreutilizada, y por eso quiero escribir el cambio, desde un punto quizás más negativo, de las parejas actuales.
Anteriormente mencioné que eran tiempos difíciles, porque parece que a la mayoría de la personas se les agota la ilusión cada vez con mayor rapidez: ya no se hacen sorpresas ni regalos porque sí; las parejas ya no salen a celebrar todos ese tiempo que llevan juntos, no se preparan cenas especiales ni se hacen álbumes de fotos. Las personas de hoy en día saben querer pero no saben amar. Las relaciones ya no son estables, y si lo son parece que tienen fecha de caducidad. No hace falta estar enamorado para hacer el amor, nos conformamos con la atracción o la amistad que depositemos en dicha persona y nos agarramos a la famosa frase ‘somos amigos con derecho a roce’. Hay gente que piensa que es ‘cursi’ escribir una carta, ya que lo que se lleva ahora es sustituir esos detalles por una bonita frase en el estado del Facebook o del Twitter, una canción con dedicatoria en el tuenti o un pequeño texto emotivo en algún tipo de blog.
Los Amantes también indica el secretismo, la pasión, el erotismo y el morbo que le producen a alguien en el momento en que está siendo infiel, el no debo pero lo deseo.
A día de hoy hay una gran falta de ética respecto a la infidelidad cada vez más frecuente, y por lo tanto más natural. Y esto es lo que provoca que en las parejas el amor se viva falto de confianza y tan a la defensiva. Se llega a caer en el egoísmo por celos, y se multiplican los casos obsesivos (siempre están pensando en la otra persona, ¿con quién estará, qué hará?). Eso no es amor, es fanatismo, un sentimiento extremo.
El amor de verdad es el irracional, el de sentimiento, el que nos desvía hacia un mundo contradictorio y confuso. Los Amantes también me han acercado hacia esa filosofía contradictoria, ya que a pesar de que es imposible besarse directamente porque hay un impedimento de por medio (en este caso, el trapo húmedo) se dejan llevar por esa tentación que caracteriza a todos los seres humanos. Dicen que hay muy buenas protecciones contra la tentación, como la cobardía. Y aunque la mayoría pueda estar en contra de esto, sin ninguna duda la mejor manera de librarse de la tentación es (cómo no), caer en ella.
Creo que era Wilde quien decía aquello de, con dudosa textualidad, "lo resisto todo salvo la tentación".
ResponderEliminarHueles a Amelie cuando hablas, como en el texto, sobre el amor y el deseo.
Después de leer esto, con gusto alabaré, escupiré, sonreiré y la invitaré a un café.
ResponderEliminarNo confunda unas bellas palabras anónimas con la presencia de un amante sin velo. Efectivamente, el cuadro de Magritte podría hablar de todo eso y de mucho más. Por ejemplo: el anónimo que escribe también es un amante que está besando velado, sin rostro verdadero.
El amor como una mentira convertido en realidad, como el cuadro, como la vida de hoy, como la cobardía... Precioso, Mónica.
Sin duda, como dijo el cantante: "son tiempos difíciles para amar".
J