Entre zombies inolvidables


Podría decirse que mi vida sentimental ahora mismo es un edificio de oficinas de esas nuevas y modernas, aunque en peligro de derrumbe. Es un edificio engañoso. Si lo miras desde fuera veras sus diez pisos de incalculable altura, sus modernos ventanales, sus llamativos colores, su pintura impecable, su atractivo diseño, sus esmaltadas puertas abiertas invitándote con elegancia a entrar... hasta que lo haces y recuerdas que no deberías dejarte llevar por las apariencias, que las primeras impresiones engañan y en fin, todas esas frases que inconscientemente solemos pasar por alto en la mayoría de ocasiones.
El edificio por dentro está estropeado, hay zonas derrumbadas, olvidadas, ahogadas en polvo. El silencio se apodera de cada esquina, y las personas mas que humanas parecen zombies grises sin rumbo fijo, que andan de un lado para otro con miradas confusas, preguntándose por que están ahí, por que no abren la puerta y se marchan, por que no caen en el olvido, o todo lo contrario. Una parte de estos maniquís con vida quiere salir corriendo y huir, pero no lo hacen porque saben que echarán de menos esos despachos machacados donde un día, estuvieron llenos de momentos de color inolvidables, unicos, especiales. Ninguno parece decidido a desprenderse de sus recuerdos, y eligen aferrarse a lo anterior por el miedo a decepcionarse con lo nuevo.
Pero afortunadamente existe la otra parte (la medianamente humana) que mantiene una leve esperanza sobre estos trozos de bloque gastado, la que por cierto ya empezó hace meses las reformas sustituyendo los viejos ladrillos por unos buenos de quizás mejor calidad y, solo espero que consigan reformar este edificio lo antes posible...

1 comentario:

  1. Preciosa metáfora.

    ¿Sabes qué dijeron unos grandes? "All you need is love".

    Todos.

    La luz siempre vuelve. Solo hay que querer.

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