Es por la mañana temprano, me queda casi una hora para entrar en la Escuela de Bellas Artes, y las televisiones de casa desde que comenzó el dichoso obligatorio TDT no suelen funcionar a determinadas horas. Entonces aprovechando la suerte de que mi madre trabaje en su propia tienda de prensa y revistas, me aficioné a leer el periódico cada día (si, ¡gratis!) mientras desayunaba o caminaba hacia la escuela, algo de lo que cada día me alegro mas. Y me llamo la atención una página en especial que leí, que es la que viene a continuación: (antes de que lo leáis, decir que esta foto de Telebasura me recordó a la segunda estrofa de la noticia y a un chico llamado Juan Carlos que cree firmemente que Chuck Norris es Dios.)
Ninguna universidad española esta entre las 200 más importantes del mundo. Había una, la universidad de Barcelona, pero desapareció de esta lista por unos comentarios de periódicos. Después de esta noticia, La vanguardia dedicaba una doble página al negocio de la prostitución en España y además, a indicar las fabulosas ganancias de las mafias. La prostitución es el 2º negocio con más volumen de beneficios, por detrás de las armas pero por delante de las drogas. El panorama es bastante coherente, un país en delito ¿para que necesita buenas universidades? Si lo que prevalece es la corrupción y la ganancia fácil por encima del mérito. España es incapaz de tener una universidad de prestigio mundial. Y lo peor de todo es que a casi nadie parece importarle. O bien se trata de un fracaso de la democracia o bien hemos instaurado una democracia demasiado innovadora y vanguardista, para la cual es mucho mas decisivo tener una selección de fútbol campeona del mundo que una universidad entre las primeras del planeta. Dicen que el sistema educativo es un desastre, pero lo insólito seria que tuviéramos buenas escuelas y universidades en medio de la indiferencia general.
A través de la pantalla de televisión, con un consumo medio de tres horas diarias, los adolescentes son informados puntualmente de que los héroes son deportistas multimillonarios, los especuladores, los tertulianos gritones, las prostitutas de lujo y toda esa chusma que se pasa el día juzgando y sentenciando a los demás. Y aquí pongo el ejemplo de Belén Esteban, ‘la princesa del pueblo’. Como escribió irónicamente un gran amigo, ‘Grandioso pueblo sin duda’. Con estar atentos a la pobreza del lenguaje utilizado por los españoles, desde el que se usa en los parlamentos hasta el que se puede escuchar en los restaurantes, uno puede formarse una idea bastante nítida de la situación.
No nos engañemos. Políticos sin grandeza y profesores desorientados solo son responsables secundarios de la escasísima formación media de los jóvenes; el responsable directo es el ciudadano–avestruz, siempre mirando hacia otro lado o con la cabeza bajo el ala. Nada quiere saber de la destrucción del litoral mientras esto no vulnere sus intereses, nada le afecta la corrupción mientras no se agrave su bolsillo, en nada le concierne el asentamiento de las mafias mientras el pueda ir tirando, le importa un comino tener o no tener buenas universidades mientras la diversión este asegurada. Siempre podrán acusar a los políticos de sus errores.
Lo malo es que finalmente se consigue una democracia de avestruces, todos con la cabeza bajo el ala y, por supuesto, sin mirar nunca de frente.
Ayer estuve conversando en la playa sobre esto con una amiga. Hablábamos de eso que ya muchos que nos hemos asomado a la tarima nos hemos dado cuenta, sobre el pobre nivel cultural de este país garrullo, cateto y cerrado, en el que la gente no quiere aprender sino aprobar, en el que las Universidades no cuentan más que como números, al igual que los aprobados de los alumnos de las secundarias, para una mera estadística hundida en la hipocresía de un gobierno que no pretende más que ponerse medallitas con números, incluso si detrás de todo eso no se esconde más que una verdad insalvable: un grave fracaso escolar. De ahí, de la educación, evidentemente nace el germen del problema, porque luego eso se traduce a las distintas esferas de la sociedad: la Universidad, el mundo laboral y, también, la vida ociosa.
ResponderEliminarPaíses como Alemania, por ejemplo, cuentan con universidades con título de excelencia europea. En España no tenemos ninguna, como bien has apuntado estamos en la cola de la mediocridad. Eso no es solo más que una muestra de cómo se está llevando desde hace tiempo la Universidad en este país. La Universidad siempre fue el centro de la investigación, porque se supone que es ahí donde se viene a descubrir las cosas.
Aquí se está llevando solamente al terreno de la docencia, con su claro exponente en Bolonia: universidades que no hacen más que avanzar al alumno incluso sin aprender para la obtención de un título a modo robótico para que pueda entrar a trabajar en alguna empresa. Además, se quita la libertad de Cátedra, que el profesor pueda enseñar como le dé la real gana, por lo que convertimos la Universidad en una prolongación del colegio, le quitamos la creatividad que es característica intrínseca con la que nace.
Y por eso es de aplaudir que haya chicas como tú todavía por el mundo, Moni. Porque en cierto modo es la única forma de salvarlo del desastre que se observa en esas noticias.
Me ha gustado mucho tu comentario sobre el país que prefiere tener una buena selección ganadora de fútbol que un verdadero desarrollo cultural para la vida pública, en el que la cultura no se denoste y se vea como algo arrogante, en el que no se vea a un ciudadano medio con cierta cultura como alguien despreciable (eso ocurre en el pueblo de Belén Esteban), sino como algo normal y necesario para el progreso. Muy hábil esta relación de telebasura-princesas con el pobrísimo nivel sociocultural al que estamos asistiendo, eh. Esta sí que es buena forma de empezar un blog.
Te seguiré de cerca.
que guay, tienes toda la razón, pero realmente nadie se va a molestar en cambiar nada...y es una lástima, por eso digo que me gusta conocer a personas que destellen, por que se salen del enorme estereotipo que abriga nuestro país...
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