La masai blanca es una película alemana
basada en la novela que narra la historia real
de la autora, Corinne Hoffman (Carol en el film), una mujer suiza enamorada de
África. Ella y su novio viajan a Kenia y conocen a un guerrero samburu llamado
Lemalian. Los samburu son una tribu que vive de forma tradicional dedicada al pastoreo, y guardan
parentescos con los masai, un grupo étnico de semi-nómadas situados entre Kenia
y Tanzania. Carol siente un flechazo al ver al atractivo Lemalian, con su
melena larga trenzada y rojiza, sus armas y traje de guerrero, cayendo en una
especie de hechizo cuando él la mira fijamente. Justo antes de coger el avión
de regreso a Suiza, Carol le dice a su novio que ella se queda para buscar al
guerrero. El novio no es capaz de ver al africano más que como una simple
atracción turística de baile y fotos, y se marcha sin entender nada.
Cuando Carol llega a Barsaloi, el pueblo de
la tribu de Lemalian, conoce a una mujer que la acoge en su casa para que
espere allí el regreso del guerrero, e intenta avisar a Carol de las
adversidades con las que se encontrará: un samburu no puede comer con mujeres
ni nada que haya sido mirado o cocinado por ellas, cosa que no ocurre en la
historia real; un samburu toca a una mujer delante de los demás guerreros y
tiene prohibido tocar por debajo de la cintura, otro falso mito del que hablaré
más adelante; para un samburu lo que tú quieres no importa, y es imposible
vivir con ellos porque “son pastores que
viven en chabolas que construyen en un día para destruirlas al día siguiente”.
Estos son solo algunos de los tópicos a los que recurre su amiga, confiada en
los rumores y segura de que una mujer en África solo puede cuidar el jardín, la
casa, y pensar que todo lo que tiene pertenece a su marido, ya que según ella
por ser mujer vale menos que las cabras. La visión occidentalizada de la
sociedad discrepa de las formas de vida en tribus de África con ideas
contradictorias, pero en contraposición Carol busca el porvenir y avance de
Barsaloi, aunque con planes y proyectos contrarios a los de su marido y vecinos.
En el
reencuentro de Lemalian y Carol sucede la primera experiencia sexual: él la
lleva a una habitación, echa a la gente de allí y, para sorpresa de ella, le
sube la falda y actúa de manera brusca y rápida. Ella ve que las muestras de
afecto y ternura no existen, solo el sexo como tal. Pero, prendada en sus
propios sentimientos, a la mañana siguiente decide irse con él.
A pesar de las diferencias étnicas, consiguen
que su amor vaya evolucionando adaptándose el uno al otro. Por ejemplo,
Lemalian la lleva a un lugar en el que pueda tener su propia intimidad para que
no se duche con los demás en medio del campo, y ella le enseña a hacer el amor
con delicadeza, despacio y sin centrarse solo en el acto sexual. Carol vive
feliz en su utopía, y después de contarle todo a su familia regresa de la
superficialidad y frialdad de Suiza para casarse con su occidental vestido blanco de novia. Pero las
sorpresas desagradables no tardan en
aparecer, como cuando intenta ayudar a una mujer a punto de dar a luz pero los
demás la abandonan porque creen que está embrujada. Ella hace todo lo posible
por salvarla pero no logra vencer las supersticiones de los otros.
Pero el
motivo principal de conflicto aparece a partir de que Carol monte una tienda de
comestibles, descuadrando por completo a su marido y a la tribu en general. Lemalian
no lo ve necesario a lo que ella responde “vosotros
tenéis vuestras cabras, yo mi tienda”. Empieza a darse cuenta de que sus
necesidades son diferentes y marca la diferencia, porque no se ve capaz de
alimentarse de azúcar y carne de cabra. Cuando Carol comienza a trabajar, los
celos de Lemalian empiezan a aumentar porque allí mirar a un hombre directamente
a los ojos puede ser malinterpretado, mientras que para ella mirar a su cliente
es una cuestión de educación. Empiezan a suceder más enfrentamientos cuando
ella no quiere conceder créditos, porque para él todos son vecinos y amigos,
cosa que en el mundo occidental es impensable. La gota que colma el vaso sucede
en el momento en que, después de una de las fuertes discusiones por los celos
de él, Lemalian se corta su larga melena de guerrero y aparece en la tienda
preguntándola si ahora le respetará, vestido con camiseta y pantalones y
dejando atrás cualquier resquicio del idealizado y exótico guerrero del que
Carol se enamoró. El hechizo se rompe.
Después
de conocer una historia como esta, ¿es posible una relación entre dos mundos
antagónicos? Los humanos siempre buscamos una identidad que nos diferencie de
los demás, nos unimos a grupos y nuestra identidad se forma mediante las
experiencias sociales, adoptamos ideologías diferentes y de ahí surge la
alteridad, que es la capacidad de descubrir la
existencia del otro desde mi observación poniéndome en su piel, asumiendo los diferentes puntos de vista y defendiendo
los otros por muy distintos que sean a los míos. Pero, aún cambiando
nuestra forma de pensar, nunca abandonamos completamente lo que creíamos, como
les suceden a los protagonistas de la película. Respondiendo a la pregunta creo
que la relación sí es posible, aunque en la película no se haya podido llevar a
cabo finalmente. No hay que olvidar que Lemalian ha vivido siempre en un
estricto modelo de vida y, aunque se esfuerza por ser más tolerante, no puede
cambiar lo que es él. Por otra parte está Carol, que se integra por amor en una tribu en la
que desconoce sus cuestiones culturales relacionadas con la vida tribal y la
posición. Pero, aunque esto no se cuente en la película, en la vida real esta
mujer llegó a aceptar costumbres como la poligamia, dejando que su guerrero mantuviese
relaciones sexuales con otras mujeres de la tribu.Pero Carol ha sido educada con una moral y ética
determinada, basada también en el sistema de tener estudios para trabajar y
ganar dinero, por lo que tampoco puede cambiar lo que es ella. Cuando dos culturas tan diferentes se encuentran una
se impone sobre la otra, y tratar de entender sus creencias o forma de vida se vuelve
una tarea realmente difícil, pero como he dicho anteriormente, no imposible. Sin embargo, en el mundo actual, por el simple hecho de ser
la cultura indígena, por manejar creencias y comportamientos diferentes a la europea, esta última ve a la otra como algo
que debe ser transformada.
En
contraposición a Carol tenemos a su amiga, que se adapta en su totalidad pero
no es feliz. Resulta curioso la cantidad de prejuicios que atribuye a los
samburu cuando, por ejemplo, su propio marido la ignora a no ser que sea para
pedirle dinero (quizás ella era feliz así, aunque en la película no se
muestra). Ella no ve su propia realidad porque tiende a pensar que los salvajes
y crueles son siempre los “otros”. Seguramente
si una persona de esa tribu viniera a España y viera a tantas personas sin
comer o viviendo en la calle entre tanta abundancia, también nos verían a
nosotros como a los “salvajes”, todo
depende del punto de vista con el que se mire.
Pienso
que no podemos cambiar otro modelo de vida ni de mentalidad, como dijo el cura
o se asume lo que hay o se deja, no se pueden imponer las cosas. Él quiere
ganarse su confianza para ayudarles y respeta sus costumbres, por eso se
mantiene como un personaje neutro.
En todo el mundo hay señales
de las diferencias, cuando por ejemplo se piensa que la única religión válida
es la que uno mismo practica, ignorando o despreciando a las otras; cuando las
tradiciones populares de uno no concuerdan con los ritos y costumbres de algún
grupo social; cuando se piensa que los homosexuales no tienen derechos por ser lo
que son; cuando no se toman en cuenta a los discapacitados y minusválidos; o
hasta cuando el equipo de fútbol es diferente al del otro. De la misma
forma ocurre con respecto a las ideologías: siempre han existido partidarios de
distintas tendencias políticas, lo preocupante es que por estas diferencias a
veces se recurre a la violencia, al terrorismo, y hasta la muerte en algunos
casos, por defender esas posturas ideológicas.
Todo esto podría
relacionarse con la obra del sociólogo Zygmunt Bauman , Amor líquido. Acerca de la
fragilidad de los vínculos humanos. Describe el tipo de relaciones interpersonales que se desarrollan en la postmodernidad, acercándonos
primero a la modernidad desde el término alteridad. En nuestras
sociedades connotadas por la “mixofobia” o miedo al
intercambio social, también existe la “mixofilia” o deseo de
mezclarse con las diferencias o con los que son distintos a nosotros. Crea una
teoría de comunicación social para fomentar la “mixofilia” en
nuestras sociedades, pero siempre teniendo en cuenta cuales son los principales
argumentos que pueden obstaculizar este camino. Así pues se pone de
manifiesto que el vivir del yo
consiste en un con-vivir, en un entregarse de una u otra forma al polo del tú.
Para terminar, hay que tener en cuenta que
aunque en la película se reflejan muchos problemas interculturales, también se
ha intentado suavizar o maquillar muchos aspectos de la verdadera historia y
por lo tanto de la verdadera cultura masai y sus costumbres, que pueden
resultar muy duras e incomprensibles a los ojos de otras personas con culturas
mucho más diferentes basadas en la “racionalidad” y el capitalismo. En el cine
se retocan partes de la realidad (como los problemas de drogas de Lemalian y
otras costumbres como la poligamia) para que sea más “agradable” o para
conseguir enganchar al público y que este pueda comprender algo que a primera
vista no es comprensible. Además, en la película hemos conocido a un Lemalian
muy “occidentalizado” en lo que a relaciones de pareja se refiere.
No hay que olvidar que nuestra verdad no es
la verdad, simplemente tenemos una comunidad que cree en esa verdad. Ninguna
cultura es mejor o peor que otra, cada una se adapta al contexto que le rodea
en cada momento y a su forma de ver el mundo, y puede ser tan válida como otra.
Lo importante es que responda a las necesidades de cada sociedad, ya que cada
cultura es el reflejo de las creencias, del contexto, de la época, de la zona,
de la religión, de los medios disponibles, etc. Jamás nos conoceremos a nosotros mismos si no
conocemos a los otros aplicando el rostro humano de la
alteridad. Tampoco se puede buscar la humanidad en el egocentrismo, sino en la
identidad a través de esa alteridad, el yo
en el tú. Y pese a todo el “maquillaje” de la
película, se puede ver cómo es posible que dos culturas choquen, pero que a la
vez puedan convivir, y que aunque en este caso el final no haya sido del todo
feliz, puede ser posible el respeto mutuo y la comprensión de las costumbres.
como se llama la pelicula? la he buscado para verla pero no la encuentro...
ResponderEliminarLas ideologías,religiones,sexos,razas...no nos deberían separar Lo único importante es que todos somos personas ¡Hay que acabar con esa terrible manía de magnificar las diferencias! Luis Manteiga Pousa
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